El papel del director general fue el tema del episodio de esta semana de Tech's Leading Women. El vodcast, presentado esta semana por Rosie Ifould, directora global de licitaciones y compromiso con el cliente de Tenth Revolution Group, presenta una serie de experiencias y consejos de algunas de las mujeres más destacadas del sector tecnológico, como ya habrán adivinado por el título.

Esta semana se unió a Rosie Tia Dubuisson, presidenta y cofundadora de Belle Flour Technologies. Tiene más de 10 años de experiencia dirigiendo proyectos centrados en el cliente y le apasiona dotar a la próxima generación de habilidades tecnológicas. También participaron Katarina MV Galic, pionera en el espacio de las mujeres en la tecnología, especializada en transformar asociaciones e impulsar el cambio, y Vicky Critchley, directora general de la empresa de soluciones de software en la nube Bam Bam Cloud.

Durante el episodio compartieron algunas de sus experiencias como líderes de sus propias organizaciones, los cambios que pudieron implementar y cómo la pandemia ha cambiado sus empresas para mejor.

A continuación, desglosamos tres puntos clave que se plantearon durante el episodio de esta semana.

Impulsar el cambio que desea

Vicky comenzó la conversación hablando de las diferencias que ha podido marcar desde que se convirtió en Directora General. En particular, habló de la sensación de tener una responsabilidad personal aún mayor por la empresa y las personas que la componen. Dijo: "La forma en que me sentía con la empresa y con todos los que trabajaban para mí cambió por completo, de repente tenía algo propio por lo que preocuparme. Pensé que podía reimaginar lo que significaba un director general: nunca había tenido una mujer como directora general, y no había trabajado especialmente en organizaciones diversas antes de dirigir mi propia empresa. Así que me puse a pensar en lo que realmente era, y en lo que significaba. Pensé que, además de hacer las cosas normales de tener una marca increíble, vender, muchos clientes, obtener beneficios, todas esas cosas que son realmente importantes para dirigir un negocio. Pensé que podría aportar un elemento diferente creando un entorno más inclusivo, creando un entorno en el que estuviera bien cometer errores, en el que estuviera bien superar el listón, en el que la gente se sintiera cómoda trabajando en nuestro entorno. Quería que fuera algo diferente a lo que había experimentado en el pasado y crear un entorno que se sintiera diferente para que la gente trabajara para mí, era realmente importante crear eso.

Tia habló de las presiones que ejercen los hombres sobre las mujeres directoras de empresas y de cómo eso puede restringir la realización de esos cambios, y de cómo ella fue más allá. "Cuando decidimos crear nuestra propia empresa, vi que había maneras de hacerlo de forma diferente y de ser realmente intencionada sobre cuáles eran esas diferencias, basándome en mi experiencia como empleada. Hubo una directora general para la que trabajé, que podía ser extremadamente empática y estar a la altura. Pero creo que estaba sometida a ciertas presiones de la junta directiva. Hay otros desafíos que tal vez ella no fue capaz de superar y sobre los que yo fui muy, muy intencional, cuando comenzamos nuestra compañía. Nos aseguramos de definir nuestra empresa de una manera que nos diferenciara. Que realmente miráramos a todos en la organización y nos aseguráramos de que todos fueran atendidos y sintieran su apoyo desde arriba. Creo que a veces estaba bajo cierta presión para no ser realmente esa líder empática, aunque en el fondo quisiera serlo. Nos aseguramos de que nuestros empleados sean clientes internos. Y nos aseguramos de liderar desde sus escritorios, viendo sus puntos de dolor y su experiencia y asegurándonos de que forma parte de nuestra experiencia".

Crear esa familia en el trabajo

En cuanto a los cambios prácticos y los ejemplos que han visto aplicados en sus propias empresas, Katarina ofreció un ejemplo de transparencia por parte de la dirección que ayuda a toda la empresa. Dijo: "Formé parte de una organización en la que el equipo directivo preparaba el presupuesto para todo el año. Y una vez hecho, no finalizado, pero más cerca de las cifras que podemos mostrar a la organización, celebrábamos una reunión con todos los miembros de la empresa y les mostrábamos el presupuesto, pasábamos por su departamento y les pedíamos su opinión. Así, independientemente de lo que hagas en la empresa, podrás ver el presupuesto y dar tu opinión a tu jefe y decirle lo que piensas, si hay algo que deba cambiar o no, según tu trabajo y tu perspectiva". 

"Desde el asistente de la recepción principal, hasta los directores superiores. Realmente tuvo un impacto en la cultura organizativa de tal manera que tuvimos un par de personas que se preguntaron: ¿tengo alguna responsabilidad con el presupuesto? ¿Por qué tengo que dar mi opinión? Luego hubo quienes se dieron cuenta de que "de acuerdo, ahora puedo opinar sobre esto. La gente está estudiando el trabajo que hago y quiere escuchar mi opinión". Así que hubo gente que se alegró de que esto sucediera. Y cuando llegó el año siguiente, preguntaron: '¿vamos a volver a mirar el presupuesto? Si trabajo aquí, puedo opinar porque hago el trabajo, sé lo que se siente'".

Añadió que este tipo de enfoque colaborativo del trabajo es el que realmente puede ayudar a impulsar el compromiso de los empleados para que sepan que su trabajo es importante. "Eso fue un gran, gran apoyo para que todo el mundo entienda realmente cómo las empresas aprecian lo que hacen, entiendan cuáles son sus retos en el trabajo y traten de trabajar con ellos de cerca para averiguarlo. Saber qué necesitan para hacer su trabajo aún mejor y ser felices en el trabajo".

El trabajo desde casa cambia el juego

Vicky también habló del experimento de trabajo a distancia que se ha llevado a cabo en los últimos dos años y de cómo ha sido un gran éxito no sólo en la forma en que nos relacionamos entre nosotros a nivel profesional, sino también con las personas ajenas a la empresa. Nos dijo: "De repente vemos la vida de la gente: las mascotas, los niños, todo el mundo. El tipo de fachada, la cara diferente que tienes que poner para ascender en el escalafón y ser lo que otras personas creen que debes ser, incluso la forma en que hablas cuando estás en casa y cuando estás en el trabajo, todo eso se ha convertido en una cosa. Había niños aprendiendo desde casa en la mesa de la cocina mientras tú hacías llamadas a los equipos y todo se difuminaba mucho. Toda la fachada de subirse al árbol y pretender ser algo en el trabajo se deslizó. Para mí, personalmente, se esfumó y pensé: "Bien, ahora este es mi negocio, puedo ser yo y los demás pueden ser ellos, y podemos vernos unos a otros tal y como somos". Así que ya nadie necesita poner su cara de juego porque todo el mundo tiene talento por derecho propio. Creo que realmente ayudó a dejar de lado esa tontería corporativa".

También habló del impacto que esto ha tenido en la forma en que su empresa interactúa con los clientes. "No queremos que vuelva ese sinsentido corporativo y nuestros clientes tampoco lo quieren", añadió. "Hablamos con nuestros clientes y ellos están en la mesa de la cocina manteniendo conversaciones sobre lo que van a comer, algo que nunca habríamos hecho con un cliente, ni en un millón de años. Pero eso es gente real, conversaciones reales, así que ¿por qué volver a las tonterías corporativas? Sólo hay que ser real y entonces todo el mundo se siente más cómodo haciendo lo que está haciendo y sobresaliendo en lo que puede hacer, porque sienten que pueden decirte lo que está mal, y lo que están disfrutando". 

El episodio completo ya está en línea. Puedes verlo aquí.